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Por Fred Peel
Un joven que se hace llamar por el pseudónimo de León y asegura haber militado en alguno de los tres partidos grandes de la izquierda argentina (podría ser el PTS, el PO o el MST, si es que tenemos una idea un tanto peculiar del significado del adjetivo “grande”) ha declarado que “tal vez la revolución no llegue tan rápido como lo pensamos”. Esta afirmación ha generado un gran revuelo en la opinión pública, que influida por los tal vez excesivamente optimistas pronósticos de ciertos sectores de la izquierda porteña esperaba el triunfo del comunismo en las próximas horas.
“Cuando fue lo del 2001, nos dijimos: esto es como Rusia en 1905. Entonces hicimos cuentas: 1917 – 1905=12. 2001 + 12 = 2013, y calculamos que la revolución tendría que venir para el 2013. Pero ahora, por como vienen las cosas, parece que se va a atrasar un toque más. Aparte, con todo este asunto de las profecías Mayas y el fin del mundo en el 2012, se hace todavía más difícil pensar que podamos tener revolución para ese año.
Tal vez algunos de uds piensen “No, ¿pero cómo que va a tardar más? ¿Por qué?” Bueno, según las consideraciones que los altos mandos de algunos de los partidos trotskistas manejan, las condiciones sociales, políticas, económicas, culturales, alimentarias y futbolísticas de la Argentina hoy por hoy no son demasiado similares a las de la Rusia de, digamos, fines de 1914 (o sea, a tres años de la revolución). Esto, ellos (los líderes de los partidos trotskistas), lo saben, pero no lo quieren decir, guardan el secreto del mismo modo que los yanquis guardan a los aliens de Roswell en el área 51. Por eso me fui: no podía tolerar tanto secreteo, tanta conspiración tanto ocultar datos tan relevantes como inimaginables… porque la idea de la no inminencia de la revolución era intolerable…”
Las reacciones de los dirigentes de los partidos de izquierda afectados por las declaraciones de León no se hicieron esperar. Altas fuentes del MST afirmaron que León “está pagado por los K, por Aníbal Fernández en persona, que le dio 87 pesos para impedir que los trabajadores lleguen al poder”. Por su parte, un comunicado firmado por Pitrola y Altamira sostiene que “León es un enviado de los pulpos capitalistas, de los pools sojeros, de la patronal sindical, el FMI, el Club de París, Berlusconni, Anamá Ferreira, Platiní, Havelange y Blatter para dividir al movimiento de los trabajadores y alejarlo de la realización de su destino único: el de terminar con el capitalismo antes del mundial de Brasil”. Asimismo, a pesar de su hermetismo, un vocero del PTS comentó off the record que “Este tipo nos acusa de saber que la revolución no se puede hacer para el 2013 y no revelarlo al público, y eso es mentira: Nosotros no sabemos que la revolución no se puede hacer para esa fecha”.
Por otro lado, desde el kirchnerismo minimizaron las declaraciones del anónimo que se hace llamar León y denunciaron una campaña para desestabilizar al gobierno Aníbal Fernández declaró: “No sabemos cómo, pero de seguro esto terminará con algún tipo de marcha en nuestra contra, como la que hacen siempre esos partiduchos por cualquier cosa. Uds saben, esos que salen a protestar por la precarización laboral, la libertad sindical, la muerte de algún militante o de un indio en Formosa, o alguna otra pavada de esas”. Mientras tanto, desde el programa “6,7,8”, denunciaron que León “le estaría haciendo el juego a la derecha”, aunque “todavía no sabemos de qué forma, en cuanto se nos ocurra una manera de justificar esto, se los decimos”
Asimismo, ciertos sectores de la intelectualidad mostraron su agrado por la “valerosa” denuncia de León. El filósofo que no se reconoce como postmoderno y miembro de nuestro staff , dijo que “Esta es la definitiva derrota del dogmatismo marxista. Ha llegado nuestra hora de tomar protagonismo en la política argentina : en cuanto tengamos una idea de qué tenemos que hacer y podamos construir algo más o menos parecido a un movimiento, un partido, un club de fans, un centro de jubilados o cualquier cosa en la que juntemos a dos que se pongan de acuerdo en lo que sea, le daremos al mundo las directivas de nuestro nueva potencia rizomática por una sociedad de devenires molécula”.
En búsqueda de respuestas mucho menos rebuscadas, consultamos a dos políticos de la centro derecha, sobre “si creían importante que un grupo afiliados a un marxismo trostkista no vieran cercano el final del proceso dialéctico que lleva a las contradicciones propias del capitalismo hacia una economía de tipo comunista”. Mauricio Macri respondió con un rotundo “no tengo la más mínima idea sobre qué me está hablando”, mientras que su otrora aliado, Francisco de Narváez, fue contundente al afirmar “no me hagan preguntas difíciles o los mando a cagar a tiros”.
Dentro de la izquierda trotskista, de todas formas, no todo han sido críticas. En las últimas horas se ha formado una nueva agrupación, llamada “León por León”, que da crédito a la denuncia del disidente e intenta realizar una “purificación del movimiento”. “Le pusimos a la agrupación León por León”, comenta un fundador de la misma “,primero, porque ya todas las combinaciones posibles de nombres de partidos políticos con las palabras `socialista`, `partido`, `movimiento`, `trabajadores`, `obrero`, comunista, y revolucionariX estaban ocupadas, y nos vimos obligados a buscar algo que odiamos: una alternativa novedosa. Cuando escuchamos las denuncias de León, nos dimos cuenta de que lo que necesitamos es destruir la burocracia que hay en nuestros aparatos antiburocráticos, y tras una larga reunión, en la que los miembros de la nueva agrupación elegimos un presidente, secretarios, tesorero, tres chamanes, un gurú y defender con tres abajo, llegamos a la conclusión de que este era el nombre que mejor reflejaba nuestro ideario político”.
Los miembros de este nuevo partido se manifiestan en contra de toda identidad dogmática. “Puede ser que la revolución no llegue en el 2013, pero no nos preocupa. Puede ser en el 2015, 2016… hasta el 2020 no tenemos apuro. Después del 2020, sí, porque calculo que para esa época habré sacado un crédito para un departamento y si la revolución no llega, voy a tener que pagarlo, y no va”.
Otros, por su lado, no son tan optimistas, y ven en la caída de la posibilidad de una revolución a corto plazo una traición. “Si a mí me decían que un proceso revolucionario no iba a estar listo para antes de que terminara la facultad, ni me metía y me iba con mi tía, que cree que el mundo se acaba en el 2012 porque se lo dijo un tipo que lo escuchó de un maya al que a su vez se lo había contado un marciano de las Pléyades”, comentó un ex militante universitario de una fuerza de izquierda.
Recapitulando, debemos señalar que, en sí, el comentario de León ha conmovido el ambiente político/intelectual hasta su más íntima esencia. Hay quienes llegan a creer que probablemente la revolución vendrá mucho después del 2020 (como creen los de León por León), e incluso ya hay quienes se arriesgan a afirmar que tal vez nunca se produzca. ¿Cómo afectará esto a los populares partidos de la izquierda argentina? ¿Será esto el fin de los carteles del político derechista de turno fotoshopeado para que parezca Hitler? ¿No escucharemos más consignas del tipo “que la crisis la paguen los capitalistas” o “Cristina = Macri? ¿Quedarán el PS, Pino Solanas y el kirchnerismo disputando el espacio de más extrema izquierda (pero moderada)? ¿Terminarán con esto las chicanas cancheras de ciertos ideólogos posmodernos de extensísima militancia en aulas universitarias, revistas intelectuales y blogs irónicos? Todavía no estamos preparados para entender lo que vendrá después de todo esto, pero, de seguro, el mundo será tan diferente que cuando lo miremos vamos a decir “puta madre, ¿qué te pasó?
Fred Peel es un… un… bueno, no estamos muy seguros de qué es. Sólo sabemos que trabaja como editor de esta publicación, que de chico tenía una dudosa afición a jugar con los Pin y Pon y que cada tanto dice frases como “¿Soy el único que le da a Solita Silveira?” Más allá de eso, nos cae fenómeno y lo dejamos escribir aquí.
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