Por Noemí Di Carlo
En todos mis años investigando con literatura uno de los grandes enigmas ha sido ver de qué manera se podría acercar esta a los sectores a aquellos que hoy en día no leen. El descubrimiento de que no todos disfrutan del arte literario fue un shock que tuve hace unos doce años, una tarde en que luego de esperar durante más de veinte minutos a que un mozo me sirviera le dije, con una ironía que debía herir al trabajador en lo más profundo de su ser, “¿ud piensa que estoy esperando a Godot?. El empleado me miró con cara de no entender y tras una breve charla me explicó que el último libro que había leído en su vida había sido el manual Santillana de sexto grado. Yo le pregunté que cómo había aprobado entonces la universidad, y me respondió que no había ido a la universidad. Asombrada, seguí charlando con ese hombre y me terminó contando que lo único que hacía en su casa era mirar televisión y masturbarse.
Luego de indagar un poco más respecto de los intereses del mozo (respecto a la televisión, no a la masturbación), entendí que es común que la gente no conozca a los grandes autores de la literatura. Entonces intenté yo, apoyándome en mi aporte a la cultura popular en la revista Viva y en mis apariciones televisivas con mi gran amigo Oscar González Oro, acercar a las masas algo de literatura a los que menos tenían. Organicé cursos de lectura de Beckett en la villa 31, un encuentro de discusión sobre las ideas de Walter Benjamin, en la villa 31, y un taller sobre narrativa argentina contemporánea, en la villa 31. Lamentablemente, a ninguno de esos eventos asistió nadie y sólo sirvieron para que un amigo me indicara que había otras villas en esta ciudad aparte de la 31, algo que yo no sabía.
Al poco tiempo, mis contactos en el nuevo ambiente intelectual en el que me movía me hicieron conocer a la famosa Cris Morena, artista de gran llegada en los sectores populares. Ella quería ampliar por esos días sus horizontes, salir de la televisión e implementar en el cine nuevos proyectos. En ese momento salió con una idea que me pareció fantástica: hacer versiones fílmicas de de grandes textos de la literatura mundial. Yo le dije que sí, que eso era fantástico, y que así podíamos llegar a los más necesitados para darles la literatura que necesitaban. Ella me respondió que por lo general sus productos no estaban dirigidos a los más necesitados, sino a sectores de clase media y media alta con una capacidad de consumo en merchandising más bien elevada. A eso yo le respondí: “lo importante es llegar a gente que no lee, en eso se igualan todos, en eso son todos desposeídos, el que vive en un semipiso en Caballito y el que tiene una choza en la villa 3… en una villa que no es la 31”
Hace unos meses se publicó en esta revista un informe en el que comentaba la idea de una editora de films porno de utilizar material literario para sus productos. Debo señalar que los resultados de esa empresa fueron desastrosos y que esperamos películas mucho más cuidadas gracias a la productora de Cris, no sólo porque estas últimas carecerán de todo erotismo[1], sino porque también toda la inusual creatividad de esta señora estará puesta en juego. El proceso de preproducción de la primera cinta ya está en proceso, contará con colaboración mía y se llamará “Dante y Betty: una historia de amor celestial”. Será, claro está, una adaptación de la comedia de Dante, y estará llena de color y canciones.
“Estoy soliitooooo
En medio del camino de mi vida
Y me perdí
Porque sin vos, no hay salida
Pero apareció Virgilio, y me hizo abrir los ojos
Y entonces,
en el infierno, te vi
Ya no es inveeeeerno
En el infierno te vi
No tenés cueeernos
Y cuando al final te vi
Pensé “es un sueño”
Llevame con dios
Y seamos novios”
Con esta canción empieza la primera escena de la película, con Dante (Tomás Fonzy) perdido en el camino al infierno y con la esperanza de verla a ella. Es muy lindo como bailan juntos con Virgilio (representado por un joven muy buen mozo) y pienso yo en todas las preadolescentes que, una vez salidas del cine, se volcarán masivamente a leer La Comedia, de seguro en una edición en verso, influidas por la gran obra de Cris. Hay otras escenas de enorme belleza, como cuando Virgilio despierta a Dante en la playa antes del purgatorio (movete /no seas vago /te espera Betty con una flor en la mano y sus labios preparados) y el final a todo con el beso romántico que Betty (Florencia Bertotti) le da a Dante mientras la Virgen María y Jesús aplauden.
Los planes, de todas formas no quedan aquí. Yo ya tuve acceso a un videoclip de presentación del proyecto (una serie de canciones coreografiadas basadas en poemas de Alejandra Pizarnik que se emitirán antes de la película de Dante y que serán asimismo parte de la rotación de videos en los canales MTV y Much Music), y también a la lista de films que seguirían si el primero tiene éxito. La Montaña Mágica, de Thomas Mann, el Musical, una comedia de enredos siguiendo los textos de Ezequiel Martínez Estrada, y una de aventuras adolescentes (similar a American Pie) inspirada en los escritos del Marqués de Sade son los films programados más interesantes. También una nueva versión de ”El Beso de la Mujer Araña”, irónicamente con Arturo Puig en el personaje de Molina..
Debo reconocer que estoy entusiasmada con el proyecto, en especial porque Cris me consulta a cada momento, me hace caso en mis más mínimas indicaciones y yo puedo estar haciendo lo que más me gusta: controlarlo todo. De todas formas, creo que esto es una etapa, y que luego podríamos llegar incluso más lejos, por qué no, a colonizar el mismo centro de la cultura argentina: a Marcelo Tinelli. ¿Es demasiado soñar con un “recitando a Valery por un sueño”? Yo sé que uds piensan que no, pero yo sé que sí, y si creen que no tengo razón esperen a ver a la Mole Moli deleitándonos con los versos de La dormeuse y me dirán.
Para terminar, déjenme aclararles que probablemente los films que haga Cris no sean del agrado de un público letrado. Pero bueno, no se olviden que estarán dirigidos a un público popular[2], medio bruto al que hay que llegarle primero con porquerías para después más o menos tratar de adiestrarlos y convertirlos en algo más o menos útil, como una empleada doméstica que cuando limpia tus libros los pueda dejar más o menos acomodada, no como la negra esa que teng.. perdón, no como hacía mi querida Juanita, que a veces, sin querer[3] me los mezclaba. Estén advertidos, y no sean exigentes.
[1] No hay nada más innecesario en la literatura que el erotismo. Cualquiera que no sea Secsfield* sabe eso
* Mirá, ni te respondo ya. N de Pablo Secsfield
[2] En realidad, no, Cris Morena le dijo otra cosa, pero a veces la memoria de Noemí no anda del todo bien. N del Editor
[3] Hablamos con Juanita, ex empleada de Noemí: ella sabía cómo iban acomodados pero se los desacomodaba a propósito igual “porque esa Noemí era una vieja de mierda que nunca me hizo los aportes”
4 comentarios:
buenisimo este número, como siempre
muchas gracias, sr
capo, cité este artículo en el blog, respeto copyright, por supuesto
Uhhhh, ya soy un autor citado, bah, la pobre de Noemí que gana mucho dinero con sus artículos: (Ud no sabe lo que es)
Gracias por citar y, sobre todo, ¡por incluir la fuente!
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