Por Claude Nottre Damme
La astrología es una disciplina que durante el medioevo tuvo un gran desarrollo pero que en la actualidad goza de poco prestigio, al menos en el mundo occidental y más específicamente en ciertos sectores intelectuales o semiintelectuales[1]*. Esto, como intentaremos demostrar en el presente trabajo, se debe a la falta de un enfoque científico/filósofico coherente expuesta por aquellos que han buscado en las estrellas un conocimiento sobre el destino humano. Al no haber podido desarrollar un sistema de pensamiento astrológico consistente, los estudiosos dedicados a esta rama intelectual han recibido en numerosas ocasiones el apelativo de “chantas”[2]*, adjetivo doloroso que ha alejado a muchas mentes brillantes de un trabajo esotérico crítico. Esta falla metodológica es la principal razón del desprestigio de la actividad, incluso por encima de ciertos desaciertos en algunas predicciones realizadas por varios pensadores del astro[3]*: Es verdad que una importante cantidad de vaticinios respecto del fin del mundo han fracasado[4]*, y que decenas de poco serios parapsicólogos han anunciado, por ejemplo, que el 2001 iba a ser un gran año para
La liviandad en los estudios respecto de las relaciones entre los astros y el destino de la humanidad (que es responsable de que la mayoría de las predicciones fallen) no se condice, por supuesto, con la seriedad que, tal cual imaginamos todos, debería tener un trabajo que tendría como objetivo el guiar a los hombres a través del conocimiento de su porvenir. Digámoslo así, a los ojos de la sociedad no es algo demasiado fácil de tragar que un rejunte formado por viejas teñidas y peinadas en peluquerías baratas, hombres entrados en años con peluquines impresentables y freaks con collares de todo tipo profeticen en locales incrustados en las menos místicas galerías de Once[6]*. Para que esta tan importante actividad recupere el prestigio que merece, es que entonces se hace necesario educar nuevos astrólogos universitarios, que jerarquicen la disciplina con el estudio y con todas las armas del pensamiento crítico.
Para muchos de los lectores, la idea de usar conceptos del estructuralismo con el fin de conseguir la revalorización que acabamos de proponer de la disciplina sonará tal vez inútil, dado que puede ser que consideren a este enfoque como pasado de moda y que piensen que ha sido desterrado por la revolución[7]* post estructural, pero nosotros creemos que, con ciertas reservas, el mismo podría utilizarse para lograr grandes avances en el territorio de lo esotérico. De esta manera es que se entendemos que los astros (galaxias, constelaciones, estrellas[8]* y planetas) como una estructura, con unidades internas y agrupamientos de diferente nivel, y a la vida humana como otra estructura diferente, aunque tan íntimamente relacionada a la primera que podríamos decir que ambas juntas forman un sistema, que una y otra, en el fondo, no son más que dos caras de una misma moneda[9]*.
Los astros y la vida humana están relacionados de una manera significativa. Cuando algo cambia en los astros, por ejemplo cuando tal estrella se mueve en X dirección, algo cambia en el humano, por ejemplo, deja de fumar 43/70 para pasar a comprar Parisiennes[10]*. Está claro que esta correlación puede ser rastreada a la inversa, o sea, que se puede partir de un suceso en una persona (ej: dejar a su mujer para irse con una streaper entrada en años) para ver qué cambio hubo en las estrellas (entrada de Orión en la casa de Piscis).
Llamo a la descripta relación entre estos dos órdenes “interdeterminación semiótica de la humanidad con los astros”, dado que ambas estructuras están unidas por un proceso de significación que recorta porciones de vida y movimiento estelar de tal manera que una deviene signo de la otra y viceversa. Así, una línea invisible atraviesa simultáneamente Marte y el gusto de un taxista de José C Paz por el vermouth, y ambas instancias quedan conectadas por siempre. Entonces, si vemos que en el futuro el planeta toma un curso opuesto al que tenía, podremos comprender que el taxista abandonará el vermouth y tal vez prefiera tomar cerveza[11]*.
Es esta unión invisible la que el nuevo esoterismo debe estudiar con todo el rigor crítico si queremos convertir a esta disciplina en una nueva ciencia social. La astrología deberá comportarse como la lingüística, dado que los astros se estructuran como un lenguaje[12]*. Concentrarse en los procesos de significación que hacen que las estrellas simbolicen el comportamiento humano y su destino nos permitirá ser más eficaces a la hora de saber quién ganará el próximo mundial o que a una mujer su marido la engaña con la peluquera de la esquina.
Con estos avances, aparte, ganaremos en confianza hacia la ciencia y en credibilidad para los nuevos astrólogos, que ahora serán hombres dedicados al estudio, y no unos Lilly Suyos televisivos. No será lo mismo leer un libro de Horangel que uno de un profesor de
Para finalizar, es necesario señalar que nuestra nueva ciencia está en una etapa plenamente configurativa, de mero armado. No nos pidan que sepamos cuándo va a ser el fin del mundo, o si va a subir la bolsa o si Luis Miguel realmente murió o no. Todavía no avanzamos lo suficiente como para plantearnos tales objetivos. Apenas estamos en los primeros pasos: viendo la luna y conociendo su influencia sobre la caída en las ventas de viagra; observando a la osa mayor y determinando quién ganará un partido al Winning Eleven; o escrutando al sol para comprender un texto de Agamben[14]*. De seguro recibiremos críticas, de seguro aparecerá algún pensador que quiera imponer un enfoque post estructuralista, buscando líneas de fuga (cometas) y tratando de explicar que la “luna no es igual a sí misma” que no tiene identidad y que por lo tanto es absurdo establecer relaciones con un opuesto que no puede ser tal. Lo entendemos. Abrimos el debate para que esta disciplina nos ayude a responder a la demanda que nos hace la sociedad, para satisfacer la necesidad impostergable que tiene el ser humano de poder contar con un horóscopo creíble.
Claude Nottre Damme, lingüista y esoterista francés. Escribió artículos defendiendo la idea de la Astrología Estructural desde los años sesenta. Sus ideas han sido de gran ayuda para el horóscopo culto que hacemos en la revista ¡Lo qué?
[1] Esta palabra la acaba de inventar el autor. N del E.
[2] Chanta: palabra de uso argentino, principalmente porteño, que designa a aquellos que quieren conseguir el éxito económico con poco esfuerzo, muchas veces valiéndose de engaños o artimañas poco respetables. “Mauricio Macri es un chanta” N del E
[3] Este término también fue inventado por el autor N. Del E
[4] Acá la pifió un poco. Debe haber querido decir “es verdad que todos los vaticinios sobre el fin del mundo han fracasado”, el sabe que si no, no podría estar escribiendo este artículo. Es sólo un error: no lo tomen por tonto, que no lo es, en serio.
[5] “Con Maradona como la gran figura”, N del E
[6] Acá Galería en Once funciona como ejemplo, podría ser una galería en Constitución, Retiro, o incluso en Flores o Belgrano. Y ni siquiera es necesario que sea literalmente una galería, podría ser otro tipo de local de poca expresividad sobrenatural. ¿Se entiende? N del A
[7] Y sí, acá de seguro un marxista se enojará, tal vez con razón, porque no es propiamente una revolución, ¿no?
[8] Sabemos que las constelaciones son grupos de estrellas, pero cuando decimos “estrellas” decimos estrellas por separado. Aclaro esto porque sino parece tonto el autor. N del E.
[9] Entienden que esta es una idea similar a la de Saussure cuando habla que el significado y el significante no son más que dos caras opuestas pero indivisibles de un signo, ¿no? N del E.
[10] Podría ser que también hubiera cambiado para fumar Particulares. N del E
[11] O Fernet. N del E
[12] ¡Lacan, Lacan! N del E
[13] Si dejan un comment en este post, pueden comprarlo. N del E
[14] Si leen bien las notas al pie, se entienden bien, ¿eh? Yo no sé por qué se asustan tanto con el italiano.
2 comentarios:
ah, tá impossível ler!!!!!! arruma, arruma!
o que ta impossivel? as notas? Porque eu tou olhando a nota enteira bem. VOu tentar que fique melhor
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